EL PARQUE DE LEBRIJA
Por: LILIANA PAOLA MURCIA RIOS
A continuación, el relato de un hijo de éstas tierras que de manera anónima nos cuenta sus recuerdos:
Nací en 1951, desde mis primeros meses recorrí las calles de este pueblo; el parque era muy rústico, con unos árboles de mango muy grandes que le daban una sombra oscura y unas ordinarias bancas de cemento, eran entonces muy pocos sus habitantes. Al frente del parque, donde se sitúa el Centro Comercial Comultrasan, se encontraba una iglesia, que después de algunos años se dejó de utilizar al entrar en funcionamiento el actual templo consagrado a “San Pedro Apóstol”, al quedar en el abandono, su gran puerta color verde, sujeta con una cadena mohosa y un gran candado, fue pasando de palomar a establo e incluso cancha, hasta que se construyeron las actuales instalaciones del Centro Comercial.
Las calles eran destapadas y tenían nombres propios, la calle doce era conocida como la “Calle Real” y hacía las veces de vía principal ya que seguía la ruta de Bucaramanga a Barrancabermeja, entrando por la actual vía carreteable, entre el barrio la Popa y el Paraiso.
Algunos cambios menos notorios, como la ampliación de las instalaciones del Colegio Nuestra Señora de las Mercedes que ha ocupado parte de la antigua plaza de mercado, ubicada en la cuadra contigua al parque, tras las instalaciones de la alcaldía. Los terrenos del edificio de Telecom eran un corral de ferias, donde los campesinos exhibían su ganado para la venta.
Entre las cantinas que rodeaban el parque era famosa “La canoa”, en la esquina, diagonal a las oficinas de servicios públicos funcionaba la butic de las señoritas Camargo.
Al pasar los años, fue cambiando el parque, vino una reforma con postes y palos, cercado con alambre de púas, se sembró grama y algunos árboles que ya no existen, se cambiaron las bancas de cemento por unas de forma más moderna. La alcaldía parecía una vieja casa en obra negra y el ancianato cumplía también con la función de hospital.
Una nueva reforma quitó la cerca al parque, colocándose en su lugar postes con farolas y barandas de color verde y rojo y el jardín central del parque se cambio por una fuente de piedras talladas en formas de piña, traídas desde Barichara, que actualmente se encuentran entre las zonas verdes, fueron pocas las veces en que se vio funcionar hasta que se convirtió en un monumento al olvido.
A continuación, el relato de un hijo de éstas tierras que de manera anónima nos cuenta sus recuerdos:
Nací en 1951, desde mis primeros meses recorrí las calles de este pueblo; el parque era muy rústico, con unos árboles de mango muy grandes que le daban una sombra oscura y unas ordinarias bancas de cemento, eran entonces muy pocos sus habitantes. Al frente del parque, donde se sitúa el Centro Comercial Comultrasan, se encontraba una iglesia, que después de algunos años se dejó de utilizar al entrar en funcionamiento el actual templo consagrado a “San Pedro Apóstol”, al quedar en el abandono, su gran puerta color verde, sujeta con una cadena mohosa y un gran candado, fue pasando de palomar a establo e incluso cancha, hasta que se construyeron las actuales instalaciones del Centro Comercial.
Las calles eran destapadas y tenían nombres propios, la calle doce era conocida como la “Calle Real” y hacía las veces de vía principal ya que seguía la ruta de Bucaramanga a Barrancabermeja, entrando por la actual vía carreteable, entre el barrio la Popa y el Paraiso.
Algunos cambios menos notorios, como la ampliación de las instalaciones del Colegio Nuestra Señora de las Mercedes que ha ocupado parte de la antigua plaza de mercado, ubicada en la cuadra contigua al parque, tras las instalaciones de la alcaldía. Los terrenos del edificio de Telecom eran un corral de ferias, donde los campesinos exhibían su ganado para la venta.
Entre las cantinas que rodeaban el parque era famosa “La canoa”, en la esquina, diagonal a las oficinas de servicios públicos funcionaba la butic de las señoritas Camargo.
Al pasar los años, fue cambiando el parque, vino una reforma con postes y palos, cercado con alambre de púas, se sembró grama y algunos árboles que ya no existen, se cambiaron las bancas de cemento por unas de forma más moderna. La alcaldía parecía una vieja casa en obra negra y el ancianato cumplía también con la función de hospital.
Una nueva reforma quitó la cerca al parque, colocándose en su lugar postes con farolas y barandas de color verde y rojo y el jardín central del parque se cambio por una fuente de piedras talladas en formas de piña, traídas desde Barichara, que actualmente se encuentran entre las zonas verdes, fueron pocas las veces en que se vio funcionar hasta que se convirtió en un monumento al olvido.
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