domingo, 30 de agosto de 2009

LA CASA CONSERVADORA



Hacia el cerro de las antenas se llega a pie, en un promedio de hora y media a un paso moderado; está ubicado al sur oriente de la cabecera municipal de Lebrija, actualmente destinado a la producción agrícola, destacándose por el cultivo de cítricos e igualmente por la avicultura y como actividad adjunta, la ganadería. Es una pendiente constante. A medida que se asciende se observa el repligue de montañas moderadas que constituye la topografía del municipio y el escenario de la historia que buscamos recrear en nuestra imaginación al hurgar en los lugares en que aún quedan rastros de aquella época, como las viejas tapias derruidas por la inclemencia del tiempo y el abandono a su suerte. Pues del esplendor de una época ya no quedan más que las muestras del cimiento por donde se levantaban los muros solariegos que albergaban a las bestias de carga, a los arrieros y los habituales moradores de haciendas como "Villa María", acutalmente, propiedad de la familia Villafrade.

















Ésta casa, al igual que la llamada "Casa Hospital de Palonegro" tienen entre sí ciertos detalles que denotan su antigüedad y relación con una época, como los ya mencionados muros de tapia pisada y empañetados, sus amplios corredores frontales e internos. Una entrada principal que se destaca por su altura y amplitud y el uso de la madera en puertas, ventanas y techos, que además, en las partes que mejor se conservan, se muestran originales estructuras de cañas entretegidas con fibras naturales; los pisos en tabletas de arcilla cocida y los espacios amplios y cómodos de cada aposento. La familia que la habita, la posee desde hace más de sesenta años y según relatan, desde entonces parece permanecer en un mismo estado, ya era una casa que dejaba ver sus años, siendo éste un testimonio del tiempo, pero además, acompañada de una tradición oral que habla de ella como la casa conservadora, porque según cuentan los más viejos, en ella se acuartelaron los ejércitos legitimistas que avanzaban sobre los cerros de Palonegro, tratando de recuperar posiciones ante las pretenciones de las fuerzas revolucionarias que tenían a los Santanderes como fortín de sus luchas por el poder del estado.













A escasos doscientos metros se divisa frontalmente la infraestructura del Aeropuerto de Palonegro, lugar donde existió otra casa de semejantes proporciones, la hacienda de los Pradilla, dónde se acuartelaba el ejército liberal, muy cerca de la peña del volador, lugar de mitos, leyendas y misterio, por su imponente altura y por constituirse en una barrera natural, pero también en una trampa mortal por la depresión geográfica que forma su imponente altura, cortando la geografía en una falla geológica que estriba del Cañón del Chicamocha y continúa entre el agreste relieve montañoso de profundas depresiones que marcan el caracter de los pueblos del norte santandereano.









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Interés por el patrimonio histórico,cultural e ideológico de la región en que vivo. Equipo de Trabajo integrado por: JAIME ENRIQUE ZARATE, LUIS FRANCISCO HERNÁNDEZ Y JOSÉ ANTONIO PRADA.